Sierra Club presenta: Los murciélagos antillanos
El Capítulo de Puerto Rico del Sierra Club organizará este miércoles (MAÑANA) la charla titulada: Los murciélagos antillanos: Importancia de las cuevas, a cargo del Dr. Armando Rodríguez. La misma se ofrecerá en salón 103 de la Escuela de Arquitectura de la UPR. El registro comienza a las 5:30pm y la charla será de 6:00-8:00pm. La entrada es libre de costo.
En conmemoración a este excelente esfuerzo del Sierra Club de fomentar el conocimiento sobre nuestra biodiversidad, aquí les adelanto alguna información sobre una de nuestras 13 especies de murciélagos: el Murciélago Frutero Común (Artibeus jamaicensis), obtenida del documento Guía para reconocer nuestros murciélagos, por Debbie Boneta y Maribel Rodríguez.
El Murciélago Frutero Común es muy común en Puerto Rico y en el neotrópico en general. Durante el día se encuentra principalmente en cuevas frescas, pero se le puede encontrar con bastante frecuencia en el follaje o troncos huecos. Este es, en muchos casos, el murciélago que se observa consumiento frutas en árboles como el de María (Calophyllum brasiliense), tanto en zonas rurales como urbanas. Por lo general, no consume las frutas en el lugar donde las encuentra, sino que las carga hasta una cueva u otro árbol. En el proceso de cargar las frutas es probable que pierda alguna de ellas, por lo que a menudo se le acusa de manchar con fruta las paredes de las casas.
Para más información sobre éste y otros murciélagos, ¡recuerda ir la charla del Sierra Club!
Si quieres ver más fotos de los murciélagos de Puerto Rico, visita la galería de fotos de Alberto López aquí.
Los zumbadores de Puerto Rico
Por Héctor
Los zumbadores, también llamados colibríes o picaflores, son aves americanas –es decir, únicas de las Américas– que se caracterizan por su plumaje iridiscente, pico largo y puntiagudo, aleteo activo y su especial relación con las flores. Estos pertenecen a la familia Trochilidae, que está extensamente representada en el trópico.
Puerto Rico tiene cinco especies residentes de colibríes, más que ninguna otra isla del Caribe. De éstas, dos son endémicas: el Zumbador Verde (Anthracothorax viridis) y el Zumbadorcito de Puerto Rico (Chlorostilbon maugaeus). Las otras tres son el Zumbador Dorado (Anthracothorax dominicus), el Zumbador Pechiazul (Eulampis holosericeus) y el Zumbador Crestado (Orthorhyncus cristatus).
Otros zumbadores que visitan la isla accidentalmente son el Zumbador de Garganta Roja (Archilochus colubris), el Zumbadorcito Menor (Mellisuga minima) y el Zumbador de Garganta Púrpura (Eulampis jugularis).
Zumbador Verde

Zumbador Verde. Foto: Alberto López ©
Este colibrí es un ave pequeña de pico largo y curvo. Es completamente verde iridiscente.
Al igual que otras especies de zumbadores, no se alimenta solamente del néctar de las flores, sino que también come insectos, arañas y otros invertebrados pequeños. Esta ave es endémica de Puerto Rico, donde habita principalmente en la región montañosa. Sin embargo, también puede encontrarse en la costa y tierras bajas, aunque con menos frecuencia.
Zumbadorcito
También llamado Esmeralda de Puerto Rico, el Zumbadorcito es nuestro zumbador endémico más pequeño. Este es color verde iridiscente, tiene el pico corto y recto y la cola ahorquillada.
El Zumbadorcito se alimenta de néctar, insectos y arañas. Es común en el centro montañoso de la isla y en los bosques secos del suroeste, pero ha sido documentado en toda la isla con excepción del área noreste.
Zumbador Dorado
Este zumbador es un ave pequeña con la espalda y parte de atrás de la cabeza color verde, el pico largo y curvo y la cola violeta oscuro. Como indica su nombre, cuando la luz le da directamente sus plumas irradian destellos dorados.
El macho y la hembra del Zumbador Dorado muestran patrones de coloración diferentes (esto es un ejemplo de dimorfismo sexual en el plumaje). Los machos tienen la garganta verde y el pecho negro brillante, mientras que las hembras tienen la garganta, el pecho y vientre completamente blancos.
Este colibrí se alimenta principalmente de néctar, insectos y arañas, y habita nuestras costas y tierras bajas. Además de Puerto Rico, se encuentra también en La Española y las Islas Vírgenes.
Zumbador Pechiazul
Este picaflor se caracteriza por tener la garganta y el pecho verdes, de donde viene el nombre en inglés de Green-Throated Carib. Tiene además el vientre negro y una banda azul iridiscente en el pecho que no siempre se ve.
Al igual que las demás especies de colibríes de la isla, el Zumbador Pechiazul se alimenta de néctar e invertebrados pequeños. Esta especie habita en los llanos costeros, principalmente al este de Bayamón y Salinas. También se encuentra en Vieques, Culebra, las Antillas Menores e Islas Vírgenes.
Zumbador Crestado
Este es un ave pequeña con las partes dorsales verdes y el pico recto y corto. El macho tiene las partes frontales oscuras, mientras que la hembra tiene la garganta, el pecho y vientre color blanco. Sólo los machos tienen la cresta a la que alude su nombre.
La dieta de este colibrí consiste de néctar, arañas e insectos pequeños. Éste habita la costa, y es común desde Fajardo hasta Ceiba. También se encuentra en Vieques, Culebra y las Islas Vírgenes.
Todos los zumbadores residentes de Puerto Rico hacen nidos pequeños con forma de copa, que construyen utilizando fibra vegetal y otros materiales como líquenes, hojas y corteza. En ellos, las hembras ponen e incuban dos huevos.
¿Cómo identificarlos?
A continuación, algunas guías para aprender a distinguir e identificar los colibríes de Puerto Rico:
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¿Dónde lo viste? Como hemos discutido ya, casi todos los colibríes tienen distribuciones geográficas muy específicas. Generalmente, en el centro de la isla sólo vamos a encontrar dos especies: el Zumbadorcito y el Zumbador Verde, aunque estos también están presentes en otras partes. En la costa y tierras bajas alrededor de la isla el más común es el Zumbador Dorado. El Zumbador Crestado y el Zumbador Pechiazul sólo ocurren hacia el este, Vieques y Culebra.
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¿Cuán grande era? Aunque pequeños cuando los comparamos con otras aves, los zumbadores varían en tamaño entre sí. En general, hay tres especies “grandes” (zumbadores Dorado, Verde y Pechiazul) y dos “pequeñas” (Esmeralda y Crestado).
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¿Cómo era el pico? La forma y longitud del pico también puede ser útil para identificarlos. Los zumbadores grandes (Dorado, Verde y Pechiazul) tienen picos largos y curvos, mientras que los pequeños (Esmeralda y Crestado) tienen el pico corto y recto.
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¿De qué color era? Aunque todos son verdes por la espalda, los tres zumbadores grandes tiene coloración distinta en la parte del frente. El pecho y la garganta del Zumbador Pechiazul son verdes, mientras que en el Zumbador Dorado son de color negro en machos o blanco en hembras. Por otro lado, el Zumbador Verde es completamente verde.
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Recuerda que las condiciones de luz afectan grandemente el color que reflejan estos pajaritos.
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¿Algo más? Sí. La distribución de los zumbadores pequeños no solapa. Es decir, no comparten en una misma zona. La Esmeralda domina en toda la isla menos en el noreste, Culebra y Vieques, donde abunda el Zumbador Crestado.
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Por último, en el centro de la isla sólo vamos a encontrar una especie grande y otra pequeña. Ya vimos que éstas son el Zumbador Verde (grande) y la Esmeralda (pequeña). Lo mismo ocurre en el noreste, Culebra y Vieques, donde las dos especies que vamos a ver son el Zumbador Pechiazul (grande) y el Zumbador Crestado (pequeña).
- La ñapa: Si ves un zumbador grande con las partes ventrales blancas, es la hembra del zumbador dorado.
Su coloración brillante, sagaz vuelo y afinidad a las flores hace de los zumbadores aves espectaculares. Sin embargo, aún cuando están presentes en nuestros jardines, parques y bosques, incluso en la ciudad, a veces pasan desapercibidas. Tal vez sea por su tamaño, o quizás por nuestro ajetreo de todos los días.
Te invito a sacar un minuto, pararte frente a una flor y disfrutar de este espectáculo de la naturaleza. Sólo hay que alzar la vista.

¿Quién soy? Foto: Alberto López ©
El Pájaro de Agua
Por Héctor
El Pájaro Bobo Mayor (Coccyzus vieilloti) es un ave endémica de Puerto Rico que habita en mogotes, plantaciones de café, matorrales y áreas de bosque espeso. Aunque se encuentra alrededor de toda la isla, es más común en el Carso Norteño y en los bosques secos del suroeste.
En su libro Las aves de Puerto Rico, el Dr. Virgilio Biaggi describe esta especie como “de color achocolatado grisáceo por encima, grisáceo en el pecho, y café en el abdomen…”. El rabo de esta ave es particularmente vistoso por ser largo y tener bandas blancas y negras alternadas en la parte del frente. Otra característica que la distingue es el anillo rojo que tiene alrededor del ojo.
Esta ave es de hábitos inconspicuos, por lo que es escuchada más que vista. Su canto es verdaderamente impresionante y consiste de un enfático “ke, ke, ke, ke…” que aparenta resonar en todo el bosque.
El Pájaro Bobo Mayor puede posarse inmóvil en el dosel, antes de correr por las ramas de los árboles o volar de uno a otro para atrapar su alimento preferido: los lagartijos. Su nombre en inglés, Puerto Rican Lizard Cuckoo (Cuco Lagartero Puertorriqueño), refleja su preferencia por estos pequeños y abundantes reptiles, aunque también se alimenta de arañas e insectos grandes.

El Pájaro Bobo Menor tiene partes ventrales amarillas. Foto por: Tom Friedel (Licencia Creative Commons).
Este majestuoso pájaro es la de mayor tamaño de las tres especies de Pájaro Bobo que reside en la isla, las otros dos siendo el común Pájaro Bobo Menor (Coccyzus minor) y el más raro Pájaro Bobo Piquiamarillo (Coccyzus americanus), de las que se distingue por su tamaño, coloración y canto.
Localmente, al Pájaro Bobo Mayor se le conoce como Pájaro de Agua por la creencia de que su canto es augurio de lluvia.
Esta ave es, sin duda, espectacular. Todos y todas deberían tener la oportunidad de verla y escucharla. Un lugar de fácil acceso donde es bastante común es el Bosque Estatal de Cambalache, entre Barceloneta y Arecibo.
Perdemos las playas
El siguiente artículo fue publicado en El Nuevo Día el 23 de octubre de 2012
Por Dr. Aurelio Mercado-Irizarry*
El 1ro. de febrero de 2008 se publicó en este diario un artículo de este autor alertando sobre el aumento en el nivel del mar y sus consecuencias nefastas para nuestras playas.
Cinco años y medio más tarde, se ha corroborado esa predicción. En los últimos meses hemos sido informados de que la isla de Palominito está desapareciendo, de cómo la playa del sector de Ocean Park “está siendo tragada por el mar” (Primera Hora, 3 de octubre de 2012), de cómo la playa de Córcega en Rincón se ha quedado sin arena después de la tormenta Isaac, de cómo la estación de la AEE a donde llega el cable que le suple electricidad a Vieques ya se encuentra literalmente en el agua y hay que moverla, y de muchísimas otras playas que están desapareciendo.
Aunque en algunos de los casos la playa trata de recuperarse, cuando se examinan fotos aéreas antiguas se puede observar claramente la crónica tendencia de achicamiento de las playas en la Isla.
Aunque es el ser humano la causa principal directa que más afecta las playas por varias razones, lo que ha pasado en el último par de meses debe de servir de alerta sobre el impacto de la subida en el nivel del mar. No es fácil predecir cuál será el impacto en una playa dada, debido a ese aumento.
Pero una regla sencilla, adoptada en muchos estudios (incluyendo las Naciones Unidas), nos dice que por cada unidad de aumento una playa de arena retrocede (se erosiona) por un factor mucho mayor que esa unidad de aumento en el nivel del mar.
Desproporcional
Ese factor se ha observado que puede variar entre aproximadamente 30 hasta 300. La ONU ha adoptado un valor de 100. Esto es, por cada metro que sube el nivel del mar se pierden 100 metros de playa. En otras palabras, lo que se pierde de playa es desproporcional a lo que sube el océano.
Debido a lo que se ha reseñado en la prensa, decidí acudir a la fuente oficial sobre el aumento en el nivel del mar alrededor de la Isla. Estos son los mareógrafos en la bahía de San Juan (funcionando desde 1962) y el de isla Magueyes (funcionando desde 1955). Y cuál fue mi sorpresa.
En Puerto Rico, salvo por pocas excepciones, el máximo del nivel del mar ocurre durante el mes de octubre de cada año.
Los últimos datos del nivel del mar promedio mensual que están hasta ahora disponibles en ambos mareógrafos son para el mes de septiembre, y estos muestran que en ambos mareógrafos se han roto récords históricos en la elevación del nivel promedio del mar: isla Magueyes 0.163 metros, San Juan 0.189 metros.
Debido a que faltan los datos de octubre del presente año, es de esperarse que este año se sobrepasen por mucho los récords históricos de promedios mensuales para la costa norte y sur.
Esto debe de estar relacionado con los récords en temperatura que hemos tenido en la Isla durante los últimos meses.
Ya que para el 2100 se espera cerca de un metro promedio global, estas cantidades no son descartables, y ya vemos los efectos.
Urgente
Todo esto apuntala la necesidad urgente de proteger las playas que nos quedan, prohibiendo la construcción cerca de la orilla actual, tema que es crucial que se incluya en cualquier plan de uso de terrenos.
Esto hay que hacerlo mediante la implantación de una línea de separación de construcción basada en criterios científicos, como se ha hecho y se está haciendo en muchísimos lugares del planeta. De no ser así, habrá que resignarse a un Puerto Rico sin playas mucho antes de lo esperado.
*El autor es profesor de Oceanografía en el RUM y colaborador del programa Sea Grant/UPR.
Designado el Coquí Llanero como especie en peligro de extinción
El siguiente artículo fue publicado en El Nuevo Día el 4 de octubre de 2012 bajo el título: «Federales protegen coquí a punto de desaparecer».
Por ELNUEVODIA.COM
El Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS, por sus siglas en inglés) anunció ayer que el coquí llanero, común en la zona de Toa Baja, recibirá la protección que otorga la Ley Federal de Especies en Peligro de Extinción (ESA por sus siglas en inglés), decisión que entrará en vigor el 5 de noviembre próximo.
“El coquí llanero podría extinguirse en un futuro cercano”, comenzó por alertar la agencia mediante comunicado de prensa.
“Los biólogos del USFWS contaron con el insumo del público y la comunidad científica para identificar 615 acres en Toa Baja, Puerto Rico, dentro de un humedal que contiene vegetación esencial para la conservación de la especie. Del total de acres identificados, 15.8% son terrenos manejados por el gobierno de Puerto Rico y 84.2% son manejados por el gobierno federal”, se informó.
Según los datos detallados por la agencia federal, el coquí llanero es una especie de rana que habita en un humedal en Toa Baja, Puerto Rico, y es el más pequeño de los 17 coquíes de Puerto Rico. “Contrario a la mayoría de los anfibios, pasa toda su vida en las plantas del humedal, específicamente entre los helechos, ciperáceas, sagitaria, bejucos y gramíneas, que son esenciales para su supervivencia”, agregó el parte de prensa.
El USFWS designó al coquí llanero candidato a protección bajo el ESA en el 2009 “debido a la posible destrucción, modificación y reducción de su hábitat, en el pasado, presente o futuro”. La destrucción y modificación de su hábitat, depredación, falta de mecanismos regulatorios adecuados, una baja capacidad reproductiva y requisitos ecológicos altamente especializados, continúan amenazando la especie, advirtió el Servicio federal de Pesca y Vida Silvestre.
Aunque la agencia todavía evalúa si será necesario extender la zona esencial para la conservación de la especie o “hábitat crítico”, para incluir áreas recomendadas por ciudadanos que participaron en las vistas públicas previas a la designación, recalcó que dueños o manejadores de terrenos públicos y privados deben cumplir con las provisiones del ESA para proteger las especies amenazadas y en peligro de extinción en sus terrenos.
Reaparece el Carrao en Puerto Rico
Y es que el pasado 10 de julio de 2012, en una finca privada ubicada en la región este de Puerto Rico, Hilda Morales Nieves de Birding Puerto Rico, observó un ave que no logró identificar de primera instancia, aunque sí pudo fotografiarla. Las fotos confirmaron lo que ella ya sospechaba: ¡un Carrao!
Este avistamiento resulta sumamente importante, pues el Carrao (Aramus guarauna) era una especie residente en Puerto Rico que, debido a la cacería y la destrucción de hábitat, llegó a considerarse extirpada. Ya para el 1936, se consideraba un ave extremadamente rara, según el Dr. Stuart T. Danforth en su libro Los pájaros de Puerto Rico. El último informe documentado ocurrió en el lago Loíza cerca del municipio de Caguas. Se podría decir que es la primera foto testimonial que se tiene del carrao, ya que, según lo que se sabe hasta ahora, las anteriores fueron tomadas de especímenes.
Existen cuatro subespecies de esta ave en el mundo. Al tratarse de una subespecie (A. g. elucus) que solamente existe en la República Dominicana, donde se encuentra amenazada, y en Puerto Rico, su avistamiento crece en importancia. Por otro lado, la subespecie A. g. pictus habita en Cuba, Las Bahamas y el sureste de Estados Unidos, mientras que la A.g. dolosus puede encontrarse desde México hasta Panamá y la A. g. guarauna, en Suramérica.
Debido a la gran significancia de este avistamiento en la isla y por haber ocurrido en una finca privada, no se divulgará el lugar exacto del avistamiento hasta tanto se realicen los estudios poblacionales correspondientes.
Científicos y la reciente opinión del Supremo invalidando protección al coquí llanero
El siguiente escrito fue publicado por Microjuris

Un grupo de científicos, ex funcionarios del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), expresan su sentir sobre la reciente opinión del Tribunal Supremo.
En un pleito legal sin precedentes, el Tribunal Supremo de Puerto Rico resolvió el pasado 30 de mayo de 2012 invalidar las designaciones hechas por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) en el 2007 y que listaba al Coquí Llanero como Especie en Peligro Crítico de Extinción y designaba como Hábitat Natural Crítico Esencial el lugar donde este habita en el municipio de Toa Baja, Puerto Rico. La decisión contó con seis votos a favor de revocar la designación y protección del Coquí Llanero y su hábitat, con la abstención de los jueces Hon. Federico Hernández Denton y Hon. Anabelle Rodríguez Rodríguez y el voto disidente de la jueza Hon. Liana Fiol Matta.
El Coquí Llanero, Eleutherodactylus juanariveroi, fue descubierto en el año 2004 en un humedal ubicado en el municipio de Toa Baja, único lugar donde se conoce la existencia de la especie. En aquel entonces, el DRNA y su cuerpo de asesores científicos y legales realizaron todas las gestiones pertinentes para listar y proteger el hábitat de la especie. Dicho esfuerzo culminó con la designación del coquí como especie en peligro crítico de extinción y de su hábitat crítico esencial.
Posteriormente, la determinación del DRNA fue impugnada por el Municipio de Toa Baja y la compañía Forest City Group, Inc. y su subsidiaria en Puerto Rico, Sabana Seca Land Management, LLC, contratistas del US NAVY a cargo de disponer de los terrenos de la antigua base naval en Sabana Seca, Toa Baja. Los recursos legales impuestos para evitar la designación del Coquí Llanero como especie en peligro de extinción y la protección de su hábitat tienen su base en el empeño de los demandantes de desarrollar proyectos de construcción y la expansión del vertedero municipal en parte del hábitat crítico esencial de tan amenazada especie.
El anuncio sobre la determinación del Tribunal Supremo de Puerto Rico se divulgó al público el pasado 11 de junio por el periódico El Nuevo Día en su versión electrónica, con el título “Tribunal Supremo confirma decisión sobre el Coquí Llanero” y el subtítulo “El DRNA designó al Coquí Llanero como especie en peligro crítico de extinción y su hábitat como uno natural crítico”. La edición de esta noticia, sin embargo, fue muy confusa y dio la impresión de que en realidad el Tribunal Supremo validó las designaciones hechas por el DRNA en beneficio de la conservación del Coquí Llanero cuando en efecto, con su decisión, el Tribunal Supremo de Puerto Rico da una estocada a los intentos de salvar la especie de extinguirse.
Como medida de salvación, el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos de América (USFWS en inglés), anunció que está trabajando en la fase final del documento para la designación de la especie en peligro de extinción y la designación de su hábitat. Este aviso del USFWS parece haber complacido a los legisladores y al propio DRNA. Cabe mencionar que la protección que puede extender el gobierno federal a la especie y su hábitat es una muy limitada, pues aplica principalmente a proyectos federales o sufragados en todo o parte por fondos federales. El “Endangered Species Act” de 1973, provee para que cada agencia federal, en consulta con el Secretariado del Interior, asegure que toda medida autorizada, financiada o llevada a cabo por estas agencias no afecten la supervivencia de las especies amenazadas o en peligro de extinción o puedan resultar en la destrucción o modificación adversa del hábitat de esas especies. De otra manera, si no hay fondos federales involucrados o se trata de un proyecto federal, la jurisdicción del USFWS se limita a la existencia de lo que la ley denomina como un “taking”. Es decir, el gobierno federal no puede impedir un desarrollo en el hábitat designado si no hay evidencia fehaciente y directa de que se afectó la especie. Es por ello que el Congreso de los Estados Unidos de América delegó poderes a los estados, incluyendo sus territorios, para que pudieran ser más restrictivos en la protección de la vida silvestre.
Vale mencionar que el USFWS se dispone a designar como Hábitat Crítico apenas un 15% del área originalmente designada para conservación por el DRNA. Le corresponde a cada estado, en este caso Puerto Rico, a través de sus leyes y reglamentos listar las especies consideradas vulnerables o en peligro de extinción y la protección de su hábitat. Sin esta protección estatal, la supervivencia del Coquí Llanero, está en peligro.
Como conocedores de primera mano del proceso orientado a la protección y conservación del Coquí Llanero y de su hábitat, estamos en la obligación moral de aclarar a la ciudadanía algunos pormenores sobre este caso. De manera sucinta, la opinión del alto foro judicial en contra de la designación del Coquí Llanero y su hábitat se basó en que tal designación se considera una enmienda al reglamento que rige las especies vulnerables y en peligro de extinción, y como tal, el DRNA falló al no presentar el documento de designación en el Departamento de Estado.
El requerimiento procesal de acudir al Departamento de Estado para presentar la “alegada” enmienda fue discutido a cabalidad por el personal legal y técnico del DRNA. En aquel entonces se consultó con el Departamento de Estado al respecto y la respuesta fue que la designación no constituía una enmienda al reglamento, por lo que no procedía su presentación. Despierta pues nuestra suspicacia que el DRNA no haya utilizado este hecho al argumentar el caso ante el Tribunal Supremo.
Aun cuando no estamos de acuerdo con la opinión del Tribunal Supremo emitida el 30 de mayo de 2012, y sí con la opinión disidente (puesto que se trata de implementar un reglamento y no de enmendarlo), todo lo que tiene que hacer el DRNA, si quiere proteger la especie y su hábitat, es acudir al Departamento de Estado y presentar la “alegada” enmienda. Sin embargo, el DRNA no lo ha hecho, claudicando su responsabilidad y delegando un vez más, sus poderes a una determinación del USFWS, que a todas luces no posee las garras para alcanzar una verdadera protección.
Entendemos que la secuencia de eventos, -desde la omisión de hechos, la débil defensa y argumentación, a la falta de acción- que culminaron en tan funesta decisión por el más alto foro del País puede haber sido causada por la negligencia y desinterés del DRNA en proteger la especie. Responsabilizamos al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales y a su Secretario, Daniel Galán Kercadó, por propiciar tan funesta decisión.
Atentamente,
Neftalí Ríos, Biólogo
Daniel Dávila, Biólogo
José Luis Chabert, Biólogo
Alberto Puente, Biólogo
Maritza Santiago, Lcda.
Coalición Pro Corredor Ecológico del Noreste desmiente al Secretario del DRNA
El siguiente comunicado fue publicado por la Coalición Pro CEN
San Juan, PR – En la mañana de hoy, y a través de la radio, el Secretario del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Daniel Galán Kercadó, señaló que tiene objeciones a la aprobación del P. del S. 2282 debido a que la medida contiene, alegadamente, errores en los números de catastro del CRIM que identifican las fincas pertenecientes al Corredor Ecológico del Noreste (CEN) y aquellos terrenos públicos que serán designados como reserva natural. Indicó que le comunicará dichas objeciones al Gobernador.
Camilla Feibelman, coordinadora del capítulo local del Sierra Club y miembro de la Coalición Pro CEN, aclaró que “estas alegaciones son maliciosas, por lo que es importante señalar lo siguiente:
1. Los números de catastro contenidos en el proyecto de ley fueron tomados del Plan y Reglamento Especial de la Gran Reserva del Noreste, documento que el propio Secretario preparó y aprobó.
2. En caso de que estos datos estuviesen incorrectos, y preveyendo que cualquier posible discrepancia, real o falsa, fuera a ser utilizada como excusa para objetar la aprobación del proyecto de ley, la medida provee en su lenguaje otras referencias que ayudan a despejar de cualquier duda sobre cuales son los terrenos que comprende el CEN, y cuales son los que serán designados como reserva natural. Por ejemplo:
En la Exposición de Motivos se hace una descripción detallada de cuales son las fincas públicas en el Corredor,su cabida, y a que agencia o corporación pública pertenecen. En el Artículo 4,se provee una descripción detallada de los lindes del CEN,no tan solo de las fincas que lo componen según el número de catastro del CRIM,sino también una descripción física de las estructuras y comunidades que lo rodean, así como las cordenadas (latitud y longitud) en que se encuentra demarcado. El informe rendido por la Comisión de Urbanismo e Infraestrura y la Comisión de Recursos Naturales y Ambientales del Senado,en su exhibit o anejo 1,contiene un mapa delimitando gráficamente los límites del CEN.”
A los miembros de la Coalición Pro Corredor Ecológico del Noeste les es importante aclarar y desmentir estas alegaciones mal intencionadas del Secretario Galán Kercadó.
Este pasado lunes, la Cámara de Representantes de Puerto Rico aprobó 42 a 0,el Proyecto del Senado 2282 (P. del S. 2282), designando como reserva natural todos los terrenos públicos en el Corredor Ecológico del Noreste (CEN). De esta manera y en un acto sin precedente en lo que va del presente cuatrienio, dicho cuerpo legislativo se unió unánimemente al Senado, cuyos miembros habían votado de igual manera a favor de este proyecto de ley.
El Guaraguao
Por Héctor
El Guaraguao Colirrojo (Buteo jamaicensis) es uno de los halcones más comunes y de más amplia distribución en Puerto Rico. Puede vérsele en bosques, humedales, urbanizaciones, áreas urbanas y jardines sobrevolando a gran altura o posado en la copa de algún árbol mientras escudriña sus alrededores buscando alimento.
El Guaraguao es un ave grande de plumaje marrón con las plumas de la cola rojizas. Sin embargo, el color rojo de su cola no siempre es visible, por lo que ésta no es la mejor característica para identificarla. En cambio, su tamaño y el color marrón de su cabeza, espalda y banda pectoral son marcas más confiables.
Durante la mayor parte del año, éste es uno de los pájaros más grandes que pueden observarse sobrevolando el interior isla.

Como alude su nombre, desde ciertos ángulos la cola del Guaraguao Colirrojo se ve rojiza. Foto: Alberto López ©
Hay varias especies de aves que pueden parecerse al Guaraguao, especialmente mientras vuelan. El Aura Tiñosa, un buitre grande y de plumaje oscuro, se ve comúnmente y durante todo el año volando a gran altura en el suroeste de la isla, por lo que pueden confundirse. También puede parecérsele el Águila de Mar, un ave grande que puede observarse sobrevolando áreas costeras y ríos durante el invierno.
Esta ave se alimenta de roedores, lagartos, aves, insectos y cangrejos, entre otros animales.
El Guaraguao Colirrojo se encuentra ampliamente distribuido: habita desde Alaska hasta América Central y el Caribe Insular. Esta ave anida principalmente en la copa de árboles altos desde donde pueden ver a plenitud el paisaje. También pueden anidar en estructuras artificiales como postes, ventanas y edificios. Ambos padres construyen el nido, empollan los huevos y alimentan los polluelos. Si deseas ver esta especie alimentando sus crías en vivo cortesía del Laboratorio de Ornitología de Cornell, haz click aquí.