Las ratas y otros mamíferos introducidos
Por Héctor
En Puerto Rico no existen en la actualidad mamíferos terrestres nativos. Nuestros únicos mamíferos nativos son las 13 especies de murciélagos que durante la noche sobrevuelan nuestras casas, parques y jardines en búsqueda de alimento. Todos los mamíferos terrestres presentes en la isla han sido introducidos -deliberada o accidentalmente- por el ser humano. De estos, algunos son animales domésticos como el perro (Canis lupus familiaris), el gato (Felis catus), el ganado (Bos primigenius), el caballo (Equus caballus) y el cerdo (Sus domestica), entre otros. Todos estos mamíferos tienen en común que representan un beneficio -económico, alimentario, de transportación, seguridad o compañía- para el ser humano. Estos animales no sólo le rinden un servicio a la humanidad, sino que son el resultado de selección artificial. Ha sido el mismo ser humano quien los ha domesticado y convertido en lo que son.
Por otro lado, existen los mamíferos no domesticados o silvestres. A pesar de que los gatos, perros, caballos y otros animales domésticos pueden vivir en estado salvaje, nos referimos específicamente a animales que no sirven un propósito doméstico determinado. Entre los mamíferos introducidos no-domésticos presentes en Puerto Rico se encuentra la rata negra, (Rattus rattus), rata parda (Rattus norvegicus), el ratón o ragierito (Mus musculus) y la mangosta (Herpestes javanicus). Dedicaré el resto de esta entrada a las dos ratas presentes en la isla.
La rata negra y la rata parda fueron introducidas a la isla desde tiempos coloniales. Como visitantes inadvertidos en los bascos españoles, poco a poco colonizaron la isla. Hoy día se encuentran asociadas a todo asentamiento humano e incluso están presentes en nuestros bosques, donde representan un peligro para la biodiversidad nativa. A continuación algunas fotos de la rata negra (R. rattus), tomadas en San Lorenzo.
A pesar de sus nombres, el color no es una característica adecuada para distinguir entre ambas especies de ratas. La rata negra puede tener el pelaje color marrón, gris o negro, mientras que la parda puede tener el pelaje marrón o gris. La rata negra tiene orejas más grandes, cola prensil color gris oscuro y es arbórea. La rata parda, por su parte, no trepa árboles y no puede doblar la cola, que es rosada. Esta última es, además, buena nadadora.
La rata negra ha contribuído a la disminución poblacional de varias especies de nuestra fauna nativa, como la Cotorra Puertorriqueña (Amazona vittata vittata).
Las ratas se han convertido en plagas en algunas localidades, donde ponen en riesgo la salud humana y destruyen cosechas agrícolas. Su presencia en la isla, además, justificó en algún momento la introducción de la mangosta. Ésta, sin embargo, no fue efectiva en el control de las ratas y ha provocado problemas adicionales a nuestra biodiversidad (depredación de especies nativas) y salud (vector del virus de la rabia).
Al presente, la comunidad científica se encuentra dividida con relación al valor económico, estético, cultural y biológico de las especies exóticas. Hay quienes plantean que dichas especies representan un enriquecimiento a nuestra biodiversidad. Otros entienden que por sus efectos negativos a la flora y fauna nativa y la salud humana, se justifica su manejo y exterminación. El control de estas especies, de entenderse necesario, plantea además enfrentarse a elementos éticos relacionados al trato cruel a los animales. La toma de decisiones sobre manejo de especies introducidas debe estar guiada, en mi opinión, por la investigación científica y el manejo responsable y humanitario.