El primer paso
Por Héctor
Llevo ya algún tiempo – días que se convirtieron en semanas, semanas que se convirtieron en meses – pensando cómo sería este espacio y qué escribiría en él. Hoy, he decidido dejar de complicarme y empezar. Después de todo, de nada sirve el teorizar si no se pretende actuar, o más aún, si no se actúa. Espero que esta sea la primera de varias reflexiones que giren en torno al mundo natural puertorriqueño: su flora, su fauna, sus ecosistemas, sus espacios verdes, sus bosques secos, húmedos, urbanos y montanos. Biodiversidad es diversidad biológica, es lo vivo que ocurre en un lugar particular. Puerto Rico es esta isla de «100 por 35» millas que emergió del océano y se encuentra en el Caribe Insular. Es la menor de las Antillas y la más al este. En este espacio nos ocuparemos de la diversidad biológica y no biológica -no viva en el sentido estricto- puertorriqueña. Ahí donde nace el verde de nuestros paisajes, el sonido de nuestras noches y tantas otras cosas…
La foto anterior fue tomada en la Isla Caja de Muertos, una pequeña isla 4.8 millas náuticas al sur de la costa ponceña que forma parte de la reserva natural que lleva el mismo nombre. Tuve la oportunidad de visitarla en noviembre de 2008 por la invitación que me hicieran Ana V. Longo y Alberto L. López, dos amigos que comparten la misma pasión por la naturaleza que me motiva a escribir estas líneas. A continuación muestro algunas fotos de mi visita a la isla así como información obtenida en la página electrónica del Departamento de Recursos Naturales, agencia que tiene a cargo el manejo de la reserva.
El nombre de esta isla se adjudica al hecho de que desde algunos puntos del área sur su forma se asemeja a la de un cuerpo acostado sobre el agua.
Otrora refugio de Ramón Emeterio Betances y Segundo Ruíz Belvis, escondite de piratas, antiguo hogar de nativos caribeños y cimiento de un faro que tiene ya más de dos siglos, Caja de Muertos es además un lugar con gran valor natural. Esta reserva cuenta con diversos ecosistemas: playas de arena, costas rocosas, manglares, bosques secos, cuevas y arrecifes de coral. Es además hábitat para elementos importantes de la flora y la fauna puertorriqueña, dentro de los cuales se encuentran especies endémicas y en peligro de extinción.
El día de nuestra visita hubo varios episodios de lluvias fuertes y el cielo permaneció nublado, un panorama extraño en una isla dominada por el tiempo seco la mayor parte del año.
Luego de compartir en el área de gacebos y de escondernos de la lluvia que caía sin dar indicios de detenerse, nos enfrascamos en una caminata de unos 20-25 minutos a través de una vereda que, entre cactos y vegetación espinosa, conduce al faro.
En esta caminata – además de especies de flora que en su mayoría no conozco – tuvimos la oportunidad de observar componentes de la fauna que también se encuentran en la isla grande como el Zorzal Pardo y la Tórtola (Cardosantera), así como lagartijos e invertebrados. En la isla también pudimos observar aves asociadas a las costas y aguas oceánicas, como el Pelícano Pardo, el Rabijunco y la Boba Parda. Hay otras especies que según el DRNA están presentes en en la isla pero que no tuvimos la oportunidad de observar durante nuestra visita, como por ejemplo la Siguana Común, la Siguana de Rabo Azul y la Culebra Corredora, así como tortugas marinas y otras especies de aves. El único grupo de vertebrados presente en la isla grande que no está representado en Caja de Muertos son los anfibios, que por la salinidad del aire y el clima xerofítico han sido incapaces de colonizarla. A pesar de toda esta diversidad de vertebrados, son los invertebrados, y especialmente las mariposas, el elemento de la fauna más característico y abundante de la isla.
Las riquezas naturales que esconde esta isla conservan su integridad por la protección que le ha brindado el del gobierno de Puerto Rico. En la misma no se permiten más de de 300-325 personas a la vez, sólo está permitido caminar por las veredas, hay un límite al número de botes que pueden anclarse en sus aguas y, como en el resto de la isla, se penaliza el arrojar basura.
La preservación de este valiosísimo recurso natural comprendido por la Reserva Natural Isla Caja de Muertos es responsabilidad de todos los puertorriqueños. Esa responsabilidad que quizá no es otra cosa que el velar qué hacer, o qué no hacer, para conservarla. El primer paso para conservarla es, por otro lado, conocerla. Caja de Muertos está llena de vida. Sus playas de arenas blancas, bosques y todas las riquezas que estos esconden están esperando. Visítala.
Excelentes fotos. Por favor, avisame cuando fotografíes invertebrados (aparte de los insectos)
Muy buen trabajo, debemos cuidar nuestro ambiente.