La primavera
Por Héctor
Para todo aquel que en las pasadas semanas se ha encontrado caminando sobre una alfombra de flores en la universidad, de camino al trabajo o en cualquier otra parte, la primavera no ha pasado desapercibida. Los robles están florecidos y bajo ellos la lluvia de flores baña las aceras, carreteras, estacionamientos y muchos otros espacios urbanos. En estos días del año tanto el bosque como la ciudad se pintan de rosado.
En Puerto Rico hay varias especies de roble. Algunas ocurren en Puerto Rico como parte de su distribución natural (son nativas o endémicas) y otras han sido introducidas por la mano del hombre como árboles ornamentales. El Roble Amarillo (Tecoma stans) y el Roble Venezolano (Tabebuia rosea) son especies introducidas comunes en jardines y áreas urbanas. El Roble Blanco (Tabebuia heterophylla) es una especie nativa que, a pesar de ser utilizado como ornamento, se encuentra en bosques a través de toda la isla y no depende del ser humano para propagarse. Es a este último que le dedico el resto de esta entrada.
El Roble Blanco es un árbol pequeño a mediano, que puede alcanzar 60 pies de altura. Su corteza es áspera y color castaño y su crecimiento es vertical y columnar. En primavera, sus ramilletes de flores rosadas lo distinguen de otros elementos del paisaje.
Las hojas del Roble Blanco son caedizas y compuestas, cada una formada por 5 hojuelas. Las mismas son susceptibles a varias enfermedades, la más evidente siendo su deformación por áfidos, pequeños insectos de cuerpo blando. Una gran cantidad de plantas nativas y exóticas son infectadas por estos minúsculos insectos en Puerto Rico y otras partes del Mundo, posiblemente afectando su capacidad de desarrollarse y sobrevivir. Además, estos pueden transmitir viruses que pueden ser mortales a las plantas. (Sí, las plantas también son infectadas por viruses)
A continuación, una foto de una hoja nueva del roble (compuesta de 5 «hojas» pequeñas) y una hoja infectada por áfidos.
Este roble se encuentra, además de en Puerto Rico, en República Dominicana, las Islas Vírgenes y en las Antillas menores hasta Granada y Barbados. También ha sido introducido en Florida y Bermuda como árbol ornamental.
El Roble Blanco es el único nativo a Puerto Rico de aquellos que ocurren comúnmente en nuestras áreas urbanas. Las demás especies que adornan el paisaje son exóticas y han sido introducidas con ese único propósito (ornato). Este roble no sólo dá color a nuestros espacios sino que en los bosques donde habita es una pieza clave en el ecosistema. Algunos podrán decir que es menos vistoso que el Roble Amarillo o algún otro. Sin embargo, el servicio que provee a los puertorriqueños el Roble Blanco es, más allá de las fronteras que demarcan los jardines y de lo que satisface al ojo particular, incalculable.
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Simplemente: Excelente artículo.
Tengo 2 robles palteados, 2 roble nativos, y otro tipo más.
Ahora se sobre las hojas infectada por áfidos