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Notifican intención de demandar al Cuerpo de Ingenieros

Este artículo fue publicado el 26 de octubre de 2011 por Prensa Comunitaria.

Cerca de una veintena de organizaciones, grupos comunitarios y residentes en zonas aledañas al proyecto del gasoducto afectados por su construcción notificaron al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos (USACE, por sus siglas en inglés) su intención de demandarlos por serias y crasas violaciones a leyes federales.

“Ante la amenaza de daño irreparable a numerosas especies en peligro notificamos nuestra intención de incoar una demanda ciudadana”, lee el documento enviado al coronel Alfred A. Pantano, Comandante del Distrito de Jacksonville del USACE.

Los demandantes denuncian que al otorgar el permiso para la construcción del gasoducto, el Cuerpo de Ingenieros incumple sus obligaciones bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción (ESA, por sus siglas en inglés). La notificación activa el término de 60 días que la ley otorga al Cuerpo de Ingenieros para responder y atender los señalamientos mencionados en la carta de intención.

Según se indica en la carta “a pesar de que el Servicio de Pesca y Vida Silvestre (FWS, por sus siglas en inglés) determinó que en la zona del proyecto existen sobre 40 especies, sólo se llevó a cabo el procedimiento de consulta formal para tres (3) especies; la boa puertorriqueña, el guaraguao y el halcón de sierra.  Para el resto de las especies de flora y fauna a lo largo de las 92 millas del proyecto el Cuerpo de Ingenieros determinó que “no afecta” o “no habría afecto adverso”

Los demandantes detallan en el documento las violaciones a la ley federal de Especies en Peligro de Extinción y sus reglamentos, que incluyen: falta de análisis y consideración a medidas de mitigación para 38 especies de animales y plantas, uso de estudios inadecuados en la preparación de la evaluación biológica (Biological Assesment), cambios continuos en la ruta sin realizar estudios (surveys) sobre el efecto en las especies, falta de consideración a todos los impactos directos, indirectos y acumulativos del proyecto sobre todas las especies amenazadas, no hacer consultas formales con los Servicio de Pesca y Vida Silvestre y de Pesquerías, según requiere la ley para 38 de las 40 especies amenazadas, incumplimiento del deber de velar por la existencia de especies en peligro y bajo amenaza de extinción, entre otras serias violaciones.

Explica la carta que la ESA requiere que USACE consulte con el FWS y con el Servicio de Pesquerías sobre los potenciales efectos de acciones de la agencia federal en especies amenazadas o en peligro de extinción y su hábitat.  El proceso de consulta incluye: (1) solicitud de información inicial, en la que la agencia proponente o que permita una acción solicite, por iniciativa propia, información sobre las especies; (2) evaluación biológica, para identificar las especies que podrían afectarse de la acción no sólo en la zona inmediata a la acción; (3) consulta formal, que debe llevarse a cabo con la agencia experta si existe un posible efecto adverso, beneficioso, o indeterminado sobre alguna especie; y (4) opinión biológica,  en la que la agencia experta debe detallar cómo las acciones afectan las especies y su hábitat critico.

Entre las especies mencionadas como en peligro y para las cuales no se realizó una consulta formal se encuentran; el guabairo, el coquí llanero (que está en proceso de entrar a lista de especies en peligro de extinción), el sapo concho, la cotorra puertorriqueña, varias especies de tortugas, el manatí, corales y decenas de plantas y arbustos.

Además, del Cuerpo de Ingenieros, la carta critica al Servicio de Pesca y Vida Silvestre por el pobre trabajo realizado para  cumplir con su responsabilidad de velar por las especies de flora y fauna a lo largo de la ruta.

“El Cuerpo de Ingenieros y el FWS están faltando a su deber ministerial al no ordenar como mínimo una Declaración de impacto ambiental federal que cumpla con todos las leyes que los obligan.  Un proyecto tan complejo como este no puede ser despachado mediante un proceso fast-track” señaló Gustavo Casalduc, portavoz del Comité utuadeño contra el gasoducto, uno de los demandantes.

El grupo de demandantes incluye prestigiosas organizaciones como el Sierra Club, el Center for Biological Diversity,  Ciudadanos del Karso, la Sociedad Ornitológica Puertorriqueña, la Federación Espeleológica de Puerto Rico; Comité Utuadeño contra el Gasoducto, Vegabajeños Impulsando un Desarrollo Ambiental Sustentable, otros grupos comunitarios, ciudadanos y  vecinos afectados por el nefasto proyecto. Los demandantes exigen al Cuerpo de Ingenieros que cumpla con las leyes que lo rigen y no permita que el proyecto del gasoducto ponga en riesgo la existencia de estas especies, el balance ecológico de la isla y la vida de todos los puertorriqueños.

La carta de intención de demandar fue enviada por el equipo legal compuesto por las Clínicas de Derecho Ambiental de la Escuela de Derecho de Vermont y de la Universidad de Puerto Rico,Servicios Legales de Puerto Rico, Inc.  y el licenciado Rafael Espasas.

SLPR es una corporación privada sin fines de lucro que provee, desde 1966, representación legal gratuita a personas de escasos recursos en casos de naturaleza civil.  Como “el bufete de los pobres” atiende unos 40 mil casos anualmente a través de 17 centros de servicio alrededor de la Isla. www.servicioslegales.org.

Fuerte crítica de científicos a la opinión biológica sobre el Gasoducto

Por Inter News Service

Científicos puertorriqueños refutaron hoy la Opinión Biológica emitida por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (USFWS) publicada la semana pasada y señalaron los serios daños potenciales a valiosas especies de aves y plantas por la construcción y operación del gasoducto.

Manifestaron que la opinión biológica emitida versa sobre el posible daño a sólo cuatro especies e ignora otras reconocidas en peligro por esa misma agencia en la ruta del proyecto.

Los expertos locales, autoridades reconocidas en sus respectivos campos de las aves, las plantas y la ecología, incluyen a los doctores Héctor Quintero, Carlos Delannoy,  Edgardo González, Rafael Joglar, Daniel Ohinea, Duane A. Kolterman y Ariel Lugo, entre otros.

Los científicos concluyeron que los estudios que dan base a la Opinión fueron deficientes y vagos y que el USFWS contradice o ignora en repetidas ocasiones los requisitos y estándares mínimos que la propia agencia había establecido anteriormente.

Quintero, profesor de ecología y evolución en la Universidad Interamericana, señaló la contradicción de que la USFWS solicitara estudios adicionales a la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y, a pesar de ello no ser acometido por la agencia y pese al desconocimiento sobre la extensión y alcance del impacto ambiental que ocasionará el proyecto, el Servicio de Vida y Pesca Silvestre estadounidense avaló la construcción.

Los científicos concluyeron que la opinión biológica del USFWS es incorrecta, inapropiada e inadecuada debido a que la evaluación del impacto que tendrá el proyecto sobre  distintas especies está basado en una metodología deficiente y carente de información biológica vital.

Por otra parte, señalaron que la investigación realizada excluye la compensación de daños y el traslado de flora y fauna a hábitats inaceptables al tiempo en que acepta premisas erróneas sobre la calidad y disponibilidad de hábitats que resultan insostenibles.

Los científicos sintetizan sus principales señalamientos en cuatro puntos: No se analizan los impactos indirectos o acumulativos; no considera impacto a especies nuevas o poco estudiadas, no se analizan las metodologías a aplicarse a las medidas de relocalización y no incluye un estudio del impacto en los humedales y cuerpos acuíferos aledaños.

El profesor Carlos Delannoy, experto en ornitología, dijo que la opinión biológica omitió información y estudios sobre los hábitats especiales de un sinnúmero de aves, como el Guabairo, la Cotorra Puertorriqueña, el Falcón (Gavilán) de Sierra y el Guaraguao de Bosque.

Añadió que de hecho, el área de las Colinas de Peñuelas, que forma parte de la ruta proyectada, ha sido reconocida como la segunda de mayor importancia en el mundo para el guabairo.

“Destruir 8 acres del mejor hábitat del Guabairo y pretender compensar el daño obligando a la AEE que compre 290 acres en terrenos privados no es lo mejor para esta especie”, señaló Ariel Lugo.

Lugo resaltó que las decisiones gubernamentales, tanto locales como federales, dejan muy claro el asedio bajo el cual continúan amenazados los terrenos públicos separados para la protección y conservación de vida silvestre.

“Pedazo a pedazo estamos perdiendo nuestro patrimonio natural. Lo que hagamos a nuestra tierra nos lo hacemos a nosotros mismos”, opinó Lugo.

Para otras especies, el riesgo es aún mayor, y según Joglar, profesor de la Universidad de Puerto Rico y fundador del Proyecto Coquí, la opinión biológica no considera el riesgo al que se exponen especies como el Coquí Llanero.

Neftalí Ríos, quien descubrió la existencia de ese coquí, señala que la opinión biológica falla en pedir estudios sobre la presencia del coquí en las áreas propuestas para el proyecto cuando ya existen estudios verificando la presencia de estos en zonas afectadas por la construcción.

El profesor Edgardo González, experto en manejo y administración de bosques, indicó que, aunque el informe federal menciona los 235 cuerpos de agua (entre ríos, humedales, y canales), allí “no se analizan o identifican condiciones para este tipo de hábitat”.

El Gasoducto del Norte

Por Héctor

Puerto Rico es una isla con un extraordinario valor ecológico y abundante riqueza de recursos naturales. Las especies de plantas y animales que habitan nuestros ecosistemas son parte de esa riqueza. El gasoducto del norte, también llamado Vía Verde, representa un claro atentado contra la biodiversidad de Puerto Rico, que recibirá un duro golpe si se aprueba el proyecto.  Su construcción representa la destrucción, degradación y fragmentación de un sinnúmero de ecosistemas que albergan cientos de especies de árboles, aves, anfibios, reptiles, peces, mamíferos e invertebrados. Entre los ecosistemas a ser impactados se encuentran bosques, humedales, ríos y playas. Estas riquezas naturales llevan a cabo funciones vitales para la salud y bienestar de los seres humanos, además de proveer espacios para recreación y esparcimiento.

Mi posición con relación a este proyecto es que sería nefasto para el país hacia el futuro.  Su construcción representará la pérdida irreversible de nuestros recursos naturales y será un peligro para la vida y seguridad de miles de puertorriqueños y puertorriqueñas, todo esto por un supuesto ahorro en la factura que no es seguro del todo. Para mí, el proyecto no se justifica y debe ser repudiado a toda costa.

Aquí incluyo la ponencia que ofrecí en las vistas públicas el día 16 de octubre de 2010 en Barceloneta, sobre los impactos del gasoducto del norte en la flora y fauna.